
El e-learning o aprendizaje electrónico se ha convertido en una herramienta fundamental tanto para las empresas como para las universidades. Según el informe de Docebo 2021, el e-learning representó ya en 2019 el 55% de todo el gasto global en capacitación. La evolución desde entonces ha sido espectacular. Basten algunos datos:
- Según Skill Scouter la industria del eLearning ha crecido más del 900% desde 2000.
- El 93% de las empresas dicen que planean adoptar el aprendizaje en línea, según estadísticas de Finanzas en línea.
- Más del 50% de los estudiantes participaron en eLearning en 2020 según Skill Scouter.
- Hoy en día las 83 universidades españolas usan el e-learning de un modo u otro (AEFOL EXPOELEARNING, 2021 www.aefol.com www.aefol.info)
Muchas universidades ven en el elearning la posibilidad de ampliar su campus a la Red. Pero para que el e-learning sea efectivo, es importante que las universidades cuenten con un buen sistema de gestión de contenidos y una plataforma robusta y fácil de usar. Además de lo anterior también es crucial que los profesores estén capacitados para diseñar y facilitar cursos online de calidad.
Sin embargo, el e-learning no está exento de desafíos. A menudo se critica por su falta de interactividad y por el hecho de que puede ser más difícil de seguir que el aprendizaje presencial. A pesar de estos desafíos, el e-learning es una forma de aprendizaje viable y eficaz que experimenta un constante crecimiento y suma cada vez más “adeptos”. Según un informe de eLearning Industry, el 98% de los estudiantes universitarios consideran que el e-learning es igual de efectivo o más efectivo que el aprendizaje presencial.
A medida que el e-learning continúa creciendo, las universidades están invirtiendo más en mejorar la calidad de sus programas. Esto incluye una mayor interactividad, brindar apoyo a los estudiantes y asegurarse de que los cursos sean accesibles para todos.